FLORA INTESTINAL Y SISTEMA INMUNOLÓGICO
¡Potenciá tus defensas al máximo!
¿Sabías que más del 60% de las células del sistema inmunológico de nuestro organismo reside en el intestino?
La microbiota intestinal (y sus cerca de 100 mil millones de bacterias) contribuye a protegernos fortaleciendo la pared y mucosa intestinal contra los agentes patógenos.
La capacidad de adhesión a la mucosa intestinal y colonización de las bacterias probióticas impide que los microorganismos patógenos colonicen el intestino.
La inmunidad innata es la que recibimos al nacer y es la que provoca una respuesta rápida no específica contra los microorganismos patógenos, por lo que constituye la primera línea de defensa contra las enfermedades infecciosas.
La inmunidad adquirida está dirigida específicamente contra el antígeno y genera memoria inmunológica, por lo que induce una defensa duradera.
El uso de probióticos para estimular la inmunidad adquirida tiene como objetivo mejorar la respuesta del huésped ante antígenos patógenos previniendo o tratando las enfermedades infecciosas y los procesos inflamatorios.
Factores tales como una alimentación desequilibrada o inadecuada, el uso de antibióticos, factores ambientales, stress por viajes, o situaciones de ansiedad rompen con el balance saludable de la flora intestinal impactando sobre el sistema inmunológico intestinal.
Incorporá diariamente a tu dieta probióticos para mantener un balance saludable del ecosistema inmunológico intestinal.
El microbioma o flora intestinal está siempre activa y se renueva cada 48 horas.
El ecosistema intestinal es clave para el sistema inmunológico. Se compone de 3 elementos que funcionan de forma sinérgica.
La mucosa intestinal
Se trata de la membrana que tapiza toda la pared del tubo digestivo.
Representa una inmensa superficie de intercambio entre el exterior y el interior del organismo: alrededor de 300 m2. La mucosa impide que los microorganismos inoportunos penetren en el cuerpo, pero deja pasar los nutrientes y los micronutrientes. Desempeña un papel de «filtro».
El sistema inmunitario intestinal
Asegura la defensa del organismo frente a los agresores y permite una tolerancia a los alimentos: más del 60 % de las células inmunitarias se concentran en el intestino.
La microbiota intestinal
Cerca de 100 mil millones de bacterias forman parte de la microbiota intestinal y contribuye a protegernos fortaleciendo la pared y mucosa intestinal contra los agentes patógenos. La capacidad de adhesión a la mucosa intestinal y colonización de las bacterias probióticas de la flora impiden que los microorganismos patógenos colonicen el intestino.
INMUNOREGULACIÓN
El sistema inmunitario intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario, ya que al estar en contacto con el exterior, recibe diariamente una enorme carga antigénica, debiendo distinguir entre potenciales patógenos y antígenos inocuos como son las proteínas de la dieta y las bacterias comensales.
Dada su localización intestinal y la posibilidad de interaccionar con el epitelio de la mucosa, los probióticos van a actuar sobre la inmunidad intestinal tanto específica como inespecífica, lo que está relacionado con sus efectos beneficiosos sobre el hospedador.
Se ha propuesto que numerosos lactobacilos pueden alertar al sistema inmune intestinal, y secundariamente favorecer el rechazo de microorganismos infecciosos potencialmente lesivos; esto lo pueden realizar mediante la producción de inmunoglobulinas específicas tipo A (Iga), o la activación de células K (“natural Killer”, que son linfocitos que eliminan de forma espontánea células tumorales o células infectadas por diferentes patógenos) (1).
Otros efectos inmunoreguladores de los probióticos se derivan de su capacidad para incrementar la actividad fagocítica de leucocitos intestinales, promover una mayor proliferación de células B junto con un aumento en la secreción de inmunoglobulinas (Iga e Igg) y estimular la producción de citoquinas.